Creencia vs cultura, ¿en qué momento se hicieron enemigos?

La definición de cultura que más se acerca a lo que deseo explicar nos dice: conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.

La de creencia nos dice: religión, doctrina, dogma, fe o ideales

En principio esto puede parecer sencillo de resolver, pero en realidad no lo es y grandes conflictos familiares de nuestros hermanos, se han basado en este problema.

Todas las religiones del mundo contienen una gran cantidad de normas culturales, incluso cuando estas han llegado a otras tierras han sufrido adaptaciones para sobrevivir, alguien que abraza una religión extranjera puede sentir un gran vacío, pensando que está traicionando a sus ancestros por no seguir su creencia, puede sentir exclusión porque sus familiares o amigos, no aceptan su nueva creencia y esto genera rebeldía en el nuevo creyente, en donde se apegue a la creencia de forma más tóxica que lo aleje de su conciencia colectiva, pérdida de apoyo social que no solo le cause problemas emocionales sino también económicos en algunos casos. Entre más detalles y cambios requiera esta nueva creencia más llamará la atención el devoto, generando miedo y rechazo en primera instancia y luego ya veremos, porque sí es cierto que hay mentes más abiertas que podrían recapacitar, pero no es así la mayoría.

Por supuesto, que no es nuestra intención victimizar a los creyentes como nosotros, la realidad es que nos hemos sentido atraídos por el exotismo de las prácticas ancestrales Yoruba y si, en algunos casos hemos entendido los pro y los contra de esto, para después poder integrar nuestra creencia a nuestra conciencia colectiva, pero no todas las personas tienen esta capacidad. Muchas veces cuando invitas a una persona a iniciarse en esta creencia, la persona no está calculando los retos personales y en su entorno que enfrentará, para después quedar el sistema de creencias como el malvado y el sectario, debido a que el nivel de pedagogía incluso de cultura de nuestros hermanos, en su mayoría no es el más apropiado para llevar a los nuevos posibles creyentes.

Muchos buscamos una supuesta salvación en la iniciación y si, en muchos casos se manifestó.

Pero alguien nos preguntó si además de hacer una gran ofrenda, queríamos pasar el resto de nuestra vida al servicio de una divinidad Yoruba.

Tampoco nos enseñaron que la forma de adorar a nuestro Orisa es constante y que más que un santuario, lo que poseemos es un miembro más de la familia, entonces no es mejor tener un solo miembro al que se cuide bien, que decenas que ni se miren?

¿De qué manera vamos a realizar una práctica fuerte abrazando una fe extranjera, que además basa sus rituales en ofrendas de materiales que no son autóctonos?

Muchos puristas ahora lanzarán el grito de que sino te gusta vete a la iglesia, pero la realidad es histórica, la espiritualidad Yoruba, se ha versionado y adaptado a cada entorno que ha llegado, incluso en casos como el Afrocubano, teniendo una gran época dorada, este fenómeno de adaptación es propio de cualquier creencia que migra y es inevitable, hasta el mayor purista occidental, con los mayores trajes Yoruba y tres esposas, va a tener que sufrir adaptaciones, porque la creencia es algo cotidiano y lo cotidiano debe ser sencillo y simple, para que se sostenga. A este fenómeno se le denomina aculturación religiosa que es cuando un individuo o grupo, adopta una nueva creencia y cambia su forma de vida en consecuencia, provocando posiblemente pérdida de identidad y choques o conflictos consigo mismo, o con su conciencia colectiva, a lo que se le denomina disonancia cultural o religiosa.
La adopción de creencias religiosas y culturales de otros refleja el desarrollo constante de la identidad humana y la búsqueda de significado. Desde una perspectiva psicológica, este fenómeno puede ser analizado a través de diversas teorías que investigan cómo los factores internos y externos afectan el cambio de creencias.

La teoría de aculturación de Berry indica que asumir nuevas visiones del mundo no conlleva necesariamente abandonar las anteriores, sino que se trata de una integración compleja. Muchas personas intentan encontrar un justo medio entre su cultura original y su nueva identidad, combinando ambas para adaptarse a diferentes entornos.

Por otro lado, la teoría de identidad social de Tajfel y Turner propone que este tipo de transformación puede provenir de un anhelo de pertenencia y aceptación. Si un individuo percibe que su comunidad ya no le proporciona un sentido de propósito o reconocimiento, podría decidir adoptar una nueva creencia que le permita redefinir su identidad y conseguir validación social.

Asimismo, la teoría sobre el manejo de significado de Heine, Proulx y Vohs sostiene que la adopción de nuevas tradiciones puede ser una respuesta a crisis personales o a una sensación de vacío en la vida. En estas circunstancias, la nueva creencia podría brindar una estabilidad emocional y un sentido de organización.

Finalmente, el modelo de conversión de Rambo enfatiza que estos cambios son procesos graduales. Inician con la exposición a nuevas ideas, continuando con la reflexión y exploración, antes de comprometerse completamente con una nueva visión. Esto demuestra que el cambio de creencias no es un acto impulsivo, sino un proceso de transformación significativo.

En resumen, la asimilación de creencias de otras culturas no solo es un resultado de la globalización o la influencia cultural, sino que también refleja la necesidad innata del ser humano de identidad, estabilidad y propósito.

Regresaremos a la raíz, donde habita la esencia de nuestro espíritu.

Por Babalosun Sergio Ibu Okan Ire Psicologo

Por Samuel Ortega Babalosun Okandeniye Atanda Olori Egbe Ibu Nla

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